viernes, 18 de marzo de 2011

Redundancia

 la redundancia es una propiedad de los mensajes, consistente en tener partes predictibles a partir del resto del mensaje y que por tanto en sí mismo no aportan nueva información o "repiten" parte de la información.que consiste en intensificar, subrayar y repetir la información contenida en el mensaje a fin de que el factor de la comunicación ruido no provEn oque una pérdida fundamental de información. También tiene como significado exceso.
En numerosas aplicaciones, así como en las lenguas naturales la redundancia es una estrategia ampliamente usada para evitar malentendidos o errores de decodificación. Descriptivamente, la redundancia constituye factor comunicativo estratégico 
Ejemplosteoría d
  • "Sube arriba". Siempre se sube hacia arriba.

Diálogo

Para otros usos de este término, véase Diálogo (desambiguación).
El diálogo es una modalidad del discurso oral y escrito en la que se comunican entre dos o más personas, en un intercambio de ideas por cualquier medio.
También se usa como tipología textual en lingüística y en literatura cuando aparecen dos o más personajes que usan el discurso diegético, llamados interlocutores. En este sentido constituye la forma literaria propia del género literario dramático y, como tal, se divide en parlamentos o peroraciones entre personajes que se dirigen mutuamente la palabra.
Un diálogo puede consistir desde una amable conversación hasta una acalorada discusión sostenida entre los interlocutores, y es empleado en géneros literarios como la novela, el cuento, la fábula, el teatro o la poesía. En una obra literaria, un buen diálogo permite definir el carácter de los personajes: la palabra revela intenciones y estados de ánimo, en definitiva, lo que no se puede ver, y en ello radica su importancia. Esta modalidad exige un gran esfuerzo de creación, ya que obliga a penetrar en el pensamiento del personaje, como en el caso de Edipo rey de Sófocles.
Diálogo directo:
Reproduce literalmente la conversación de los personajes. El narrador se hace a un lado (a veces, presenta el diálogo) y los personajes toman la palabra, pasan a primer plano.
Se acercan al lector las mismas palabras y entonaciones (interrogaciones, interjecciones, exclamaciones, apelaciones) de la conversación. Para ello, se usan recursos como:
  •  La raya () para indicar que habla un personaje:
             —No es bueno que un hombre se enamore de una sirena.
  •  La  raya o los paréntesis para introducir aclaraciones dentro del diálogo:
            No pienso me contestó—; veo. Veo lo que sueño.
  •  Los signos de interrogación y de admiración:
            ¿Monigotes? ¿Cómo los que dibujan los chicos?
Diálogo indirecto:
Un narrador nos cuenta la conversación mantenida entre los interlocutores. El narrador asume el primer plano y su discurso contiene las palabras de los personajes.
Se utilizan los siguientes recursos:
  •  Oraciones unidas mediante verbos y enlaces:
                        Me dijo que bajara a la tierra; que yo necesito continuar la búsqueda.
  •  Formas verbales en tiempos distintos a los de la conversación:
            Le había prometido que si alguna vez ella quería visitar a su familia, él personalmente la llevaría y la traería de vuelta.
Monólogo interior:
El personaje habla solo, a veces consigo mismo, a veces con un interlocutor imaginario, pero no hay nadie que le responda. El monólogo interior presenta el callado discurrir del personaje. Se reproducen en él las motivaciones psicológicas profundas, desordenadas, incoherentes, caóticas.
Hay dos clases de monólogos interiores:
  •  el narrado, en el que el narrador habla en tercera persona y se expresa el personaje sin modificar el tiempo de verbo ni la persona gramatical:
            Y ahora quería venir la abuela. ¿Qué le iba a decir? La verdad: que es   un trabajo honesto… que todos la quieren mucho, sobre todo el Ruben.   ¿Sobre todo él? ¿La quiere de veras él?
  •  El indirecto, en el que el personaje habla en primera persona y el narrador se oculta:
            La chica entró a la oficina y ahí estaba el jefe que me mira y con esos ojos que tiene me va a matar de un infarto aunque no sé si le gusto o no y si le gusto por qué no me lo dice de una buena vez.
 
Este último tipo de monólogo, nacido en el siglo XX, no tiene ya la estructura de la lengua gramatical. Es lo que se llama fluir de la conciencia. Se caracteriza porque en él no se explicitan las características psíquicas ni el estado de ánimo de los personajes, sino que se reproducen las motivaciones psicológicas profundas, desordenadas, incoherentes. Son asociaciones libres, sin coherencia sintáctica; no hay signos de puntuación, ni de entonación, ni mayúsculas, ni espacios en blanco.
           
Es importante, antes de escribir o narrar un diálogo dentro de un texto, saber que una frase poco lograda o un error de dicción pueden pasar inadvertidos o se perdonados, pero un diálogo mal escrito o mal dicho, hace “mucho ruido”, hace poco creíble a todo el texto y puede llegar a hacerlo fracasar completamente.
 
lgunos detalles, a la hora de escribir:
 
  •  Para lograr el guión medio largo, propio del diálogo (como el que se ve en los libros), basta con apretar Control + Alt + signo - (menos) del teclado numérico o Control + Alt + 0151 del teclado numérico. Y entonces en lugar de:
                    -Te lo dije.
            Se ve:
                    —Te lo dije.
 
  •  Las aclaraciones se ponen entre guiones, y éstos van pegados a la aclaración y no al texto del diálogo:
                  —Así son las cosas dijo el rey— y no debes molestarte.
 
  •  Cuando hay una aclaración, el signo de puntuación de la frase anterior, va después del guión que cierra la aclaración:
                  —Así son las cosas —dijo el rey—. Es mejor no discutir.
                  —Así son las cosas —dijo el rey—: siempre sorprendentes.
                  —Así son las cosas —dijo el rey—; no podemos cambiarlas.
                  —Así son las cosas —dijo el rey—, los hechos y sus consecuencias. 
  •  Cuando la aclaración va al final de una oración, no se pone el guión final, sino solamente el punto:
                  Así son las cosas dijo el rey.

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